lunes, 18 de mayo de 2009

Para el Señor no hay excusas

«Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!” Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Y dijo a otro: “Sígueme”. Él respondió: “Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. (Lucas 9, 51 - 62).

En esta lectura podemos rescatar a un Jesús que nos exige y vemos su opinión en contra del cristianismo poco comprometido..."Te seguire Señor... pero permíteme antes despedirme de los míos", "Te seguiré Señor... pero tengo que estudiar", "Te seguiré Señor... pero es muy temprano", "Te seguiré Señor... pero voy a salir con mi familia", "Te seguiré Señor... pero tengo un compromiso", "Te seguiré Señor... pero tengo cosas que hacer", ¿Cuántas veces no ponemos un PERO a la Llamada del Señor?

Seguir al Señor no es fácil, pero lo que sí puedo garantizar que no hay camino más bello que el camino de Dios, tienes que dejar comodidades, gustos personales, tienes que dejarlo todo, y cada vez que avanzas Jesús te exige más. Nosotros estamos creados a imagen y semejanza de Dios y tenemos que vivir como Él vivió. Jesús es el Señor, Jesús es nuestro Dios, entonces tenemos que vivir a imagen y semejanza de Él. Eso es hacer caso al llamado del Señor, eso es no mirar atrás, eso es no poner "peros" para Jesús. No digo con todo esto que debes abandonar a tu familia, no digo que debes dejar de estudiar, no digo que te desentiendas de los demás, por el contrario al seguir el camino del Señor tu compromiso de amar a los tuyos se multiplica mucho más. Renunciar y no mirar atrás es morir a tí mismo.

La voluntad de seguir a Jesús exige un abandono ciego, sin buscar seguridades para el futuro. El Hijo del hombre no tiene dónde reposar su cabeza. Seguir a Jesús significa dejar todo en segundo término, ante el anuncio del Reino. La frase de Jesús es dura: "Deja a los muertos que entierren a los muertos. Tú ve a anunciar el Reino de Dios".

Marchar tras Jesús significa no mirar nunca hacia atrás. Después de haberlo abandonado todo ya no hay que soñar en el pasado, sino ir hacia adelante, sin andar sopesando lo hecho y sin preguntarse si no habría habido otros modos de hacerlo.

Jesús es exigente; no lo podemos negar; y si escondemos o suavizamos esa exigencia, traicionamos el mensaje. Pero como el mensaje no es nuestro, sino que nos viene dado, no podemos alterarlo. Ahora bien, sí que podemos, en vez de intentar imponerlo, recibirlo; como hacía Jesús, cuyas exigencias hay que entenderlas más como un ruego o una súplica que como una obligación: ¡sigue siendo cristiano, no te desanimes, sigue en la lucha, que yo estoy contigo!; ¡sigue adelante, por favor! Jesús conoce mejor que nadie los muchos enemigos que pueden asaltar al creyente en este camino, los valores que son del mundo pero no del Reino y contra los que tan difícil se hace remar: el dinero, la fama, la seguridad, el prestigio, la clase social... Por eso no impone: ruega y suplica, invita y ayuda. Y el hombre sigue siendo libre para hacer su elección.

Quiero seguirte Señor y recorrer tus caminos llevando tu Palabra a todos mis hermanos.
Quiero seguirte Señor y recorrer por tus senderos llevando tu Amor a todo lugar.
Quiero seguirte Señor y caminar hacia Ti para gozar eternamente de tu Gloria.
Quiero seguirte Señor, aunque me cueste tempestades siendo de este mundo lleno de maldad.
Quiero seguirte Señor y reflejarte a Tí en cada rincón para que te vean en mí, Señor.
Quiero seguirte Señor y no perderme en el camino con tanta confusión
y engaños que me separen de tu amor.
Quiero seguirte Señor para renunciar a mi mismo y dejarlo todo para ir tras de Tí.
Quiero seguirte Señor así me cueste la vida pero con la esperanza
de vivir en la eternidad.
Quiero seguirte Señor en el dolor, en la tristeza, en la angustia,
en la desesperanza, en la persecución, en la lucha, en la tentación,
en la alegría, en la paz, en la esperanza, en el triunfo, en cada momento de mi vida
quiero seguirte Señor.
Amén

1 comentario:

Unknown dijo...

Dios siempre quiere lo mejor para sus hijos, orar es el mejor camino para estar junto a el y sentir a cada instante su AMOR.

PAHOLA